Cultivar flores es una actividad súper bella, relajante y reconfortante.
Conocimos primero los tulipanes, de esto hace unos 20 años atrás, luego los lilium, con su embriagador aroma y sus esplendorosos colores, continuamos con los espigados y hermosos gladiolos, los narcisos, jacintos, peonias, hasta que no quedo ni un solo centímetro de terreno en nuestro sitio sin cultivar. Los vecinos se detenían para mirar nuestro jardín, cada rincón se llenó de maceteros. Entonces pensamos que debíamos mostrarlos por las redes, y porque no, hacer esta actividad comercial, y decidimos emprender paso a paso, disfrutando el proceso con lo maravilloso que es conectarse con la naturaleza y aprender juntamente con nuestros clientes. Hace ocho años que iniciamos este emprendimiento, lo más satisfactorio sucede cuando las personas de distintas ciudades de Chile, desde Punta Arenas a Arica, de Isla de Pascua, del norte al sur, de la costa a la cordillera, nos envían fotografías de sus cultivos.
Las plantas son seres vivos y hay que darles el debido cuidado, cuando las cosas se hacen bien el resultado es esplendoroso, ¡qué maravilla!, la naturaleza es sorprendente, es vida, y eso es lo más importante. Las flores nos acompañan toda la vida, desde que nacemos hasta que morimos, así nomás es, son nuestras eternas compañera. Los que cultivan flores, reviven la belleza primigenia de nuestro planeta, es tiempo de cultivar belleza viva. Su Jardín del Edén, revívalo en su hogar.

Somos un matrimonio Cornelio y Julia, radicados inicialmente en Osorno, y actualmente en Temuco, desde donde comercializamos en menor o mayor cantidad, bulbos de tulipanes, narcisos, jacintos, ranúnculos, lilium y peonias. Nos gusta ver florecer no solo el jardín, sino la vida de cada persona a nuestro alrededor. Dios les bendiga y les guarde.